El metabolismo es el
conjunto de procesos y transformaciones químicas a través de las cuales
se renuevan las diversas sustancias del organismo. Se activa después de
la digestión, y se basa en la reabsorción y la transformación de las
sustancias alimenticias. El metabolismo tiene dos componentes. El
anabolismo, (creación de sustancias) que es el proceso de síntesis por
el que se elaboran sustancias indispensables para el funcionamiento del
organismo, y que necesitan ser renovadas continuamente; y el
catabolismo, (destrucción de sustancias) en el que se produce energía -
calorías - mediante la rotura o fraccionamiento de otras sustancias.
Durante el metabolismo, el organismo desprende una cantidad variable de
energía.
La cantidad mínima de energía que necesita el organismo en
reposo, por el sólo hecho de estar vivo, es el metabolismo basal.
Cada persona tiene un metabolismo distinto, y sus particularidades
vienen inscritas en los genes. Sin embargo, el metabolismo no es algo
inmutable, y puede sufrir modificaciones. El ejercicio, por ejemplo,
hace aumentar el metabolismo, así como todo lo que comporte una
liberación de adrenalina, como el esfuerzo, el estrés, el miedo o la
ansiedad. El sueño, en cambio, desciende el metabolismo.
La edad también influye en el metabolismo; por ejemplo, un recién nacido
tiene un metabolismo dos veces más activo que un adulto. Vivir en zonas
frías también aumenta el metabolismo, mientras que la desnutrición o
una dieta descompensada o extrema, reducen el metabolismo en un 25%.
El metabolismo se produce en las células, sin embargo, los principales
protagonistas de este proceso son dos: la glándula tiroides y el hígado.
La glándula tiroides, ubicada en el cuello, segrega unas hormonas que
regulan el ritmo de nuestro metabolismo. Si algo funciona mal en la
glándulas tiroides, sus repercusiones afectan a todo el organismo. En el
caso de hipotiroidismo - la tiroides segrega poca cantidad de hormonas -
el metabolismo se ralentiza, lo cual tiene repercusiones especialmente
graves en los niños durante la edad de crecimiento. En el caso de
hipertiroidismo - es decir, cuando la secreción de la tiroides es
excesiva - el metabolismo se acelera, lo que comporta una combustión más
intensa de los alimentos, así como una aceleración de la respiración y
de los latidos del corazón.
Si la glándula tiroides es quien "dirige" el metabolismo, la "fábrica"
es el hígado. Este órgano es el que interviene más intensamente en los
procesos de transformación metabólicos. Una vez los alimentos ya han
sido digeridos por el estómago, los componentes útiles son absorbidos
por la sangre y transportados al hígado. Así, en el hígado se produce la
síntesis de sustancias a partir de los hidratos de carbono, como la
glucosa o la sacarosa. La síntesis de la glucosa es de vital
importancia, ya que algunos órganos, como el corazón o el cerebro, sólo
pueden obtener energía a través de la glucosa. En el hígado, además,
también se sintetizan proteínas muy importantes para el organismo, como
la albúmina, el fibrinógeno o la haptoglobina.
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